martes, 18 de septiembre de 2007

Seguridad


Estás practicando tu ladrido
te observo, cachorra, muy dulce.
Un jardín,
el de mi padre
el de mi infancia
(había tomates)
tu corres, saltas, me miras.
No hay preguntas
solo anhelos momentáneos
de caricias, de acercamiento,
reconocimiento, juego.
Vas a crecer amando, siempre,
eso tienen ustedes:
la absoluta seguridad
de la falta de dudas,
la alegría de la fidelidad
(y una extraña melancolía).

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Es tan cierto lo que decís con respecto a su incondicionalidad y melancolía!!
Pero allí están, para amarnos y que los amemos hasta que decidan lo contrario y se vayan pero sigan eternamente a nuestro lado.
Estoy aquí, como siempre.
Besos desde Il Mare

Cinzia Ricciuti dijo...

Ellos saben cosas que nos estan vedadas.
Abrazo siempre para ti.
Cinzia

TORO SALVAJE dijo...

Que envidia!!!

De ella y de tu poema.

Besos.

Maria D. Torres dijo...

Esa extraña melancolía... siempre me pregunto qué es lo que les falta o que es lo que ven en uno, su amo, que les entristece.
Besos

Fernando Visbal Uricoechea dijo...

Sin palabras.

Fabiana dijo...

ahhh crei sentir que queria a tu perra.. de lo bien que lo transmitis!
escribi algo similar en mi blog, por que pienso parecido, pero no tan poetico.. es muy interesante tu blog.