ni sido amada,
yo que creí haber sido infeliz,
me he equivocado.
Mucho amor he tenido,
hombre rigurosos,
amantes delicados,
corazones francos y entregados.
Respeto,
tuve respeto,
y por eso,
porque no nos sometimos,
las cosas no duraron.
¿Quién me dijo que el amor
para ser amor
debía dilatarse en el tiempo,
quién mató mi ilusión
por la falta de normalización?
Ahora entiendo
el error
y levanto mi corazón
hacia mis amores
pocos
todos
y les digo:
¡Cuánto los he amado!