domingo, 5 de julio de 2015

La gente perdida



Borges utiliza las palabras de Dante. Los dos hablan de la gente perdida. Pero son dos pérdidas distintas. Las gentes perdidas de Dante están por entrar al infierno porque se perdieron en el pecado. Las gentes perdidas de Borges son el mismo Borges que se busca y no se encuentra. Ayer tuve la suerte de entrar en el poema de Borges luego de un día miserable. Sonreí al ver a Dante y al no ver a Dante. Borges es un maestro. A pesar de las palabras infernales no encontré infiernos allí. Sólo un dulce poeta anciano, que se busca en sus nostalgias, y parece no encontrarse, que dialoga consigo mismo y con los muchos hombres que fue y al mismo tiempo se abraza. El poema de Borges es un poema suspiro. Es un poema de amor. Tuve la suerte, dije, de entrar en él ayer y de salir del infierno de un día miserable. La poesía es eso también, los poetas honestos te acogen justo cuando estás por resignarte hasta a los infiernos inventados de los demás, justo cuando estás por abandonarte al rapto de las puertas abiertas de inframundos que no son tuyos. Borges, compañero ayer, tendió su mano temblorosa y al tiempo segura, vamos Cinzia, no entres ahí, mira, usé las mismas palabras de Dante que no son las mismas palabras, ¿viste? 
Siempre poesía.