lunes, 29 de octubre de 2018

La mirada vuelve

A Rafael Valera

El amor es horrible. La asfixia del alma.
Victor Hugo

Con los brazos cruzados
ve y vuelve a ver
el epígrafe de Victor Hugo
que acaba de escribir.

Luego recorre la página en blanco.
Luego siente frío en los brazos.
Luego deja de mirar.
Se refugia en los ojos cerrados.

Siempre.

¿Qué diferencia hay
entre asfixia y apnea?

El mundo y el mar.

En los Kilómetros un joven
promete que devolverá la felicidad,
suceden cosas extrañas desde
que todos perdimos la libertad.

Dejar de ser poetas para ser guerreros,
dice.

La mirada vuelve
y nace el poema
dentro de la guerra,
a pesar de la guerra.

Al epígrafe se lo llevo la lluvia.

Respiremos.

domingo, 28 de octubre de 2018

Carta a Enrique



«...en los dedos de su mano derecha estaba escrito "no me toques" y en los dedos de la mano izquierda "memoria"».
«Sembrar es tatuar el suelo».
Enrique Enriquez


Todas las mañanas salgo a este paisaje que es siempre el mismo. 

Alguien plantó un árbol en la arena, es pequeño y está solo. 
Cada tanto me acerco a ver qué tiene que decirme. 

En el fondo sé que todo lo que él diga lo diré yo. La poesía es eso. Somos nosotros poniendo poesía en las cosas y pretendiendo que sean las cosas las que ponen poesía en uno. 

Por cierto, caminando esta mañana también pasó que una semilla en forma de aspas de helicóptero se desprendió y cayó en mi mano extendida, la deposité en la tierra de otro árbol, quizás germine a pesar del frío. 

Nunca entenderé a las personas que se tatúan. 

La permanencia me angustia. 

Un beso.

miércoles, 24 de octubre de 2018

Caracas se refugia en mis sueños


Caracas se refugia en mis sueños, 
verde, vulnerable y hostil.

Mía.

La ciudad se apodera 
de mis párpados cerrados
y allí se reconstruye y baila.

Mi bella y pobre Caracas.
Ciudad robada.

domingo, 21 de octubre de 2018

El último gesto


Quizás
el otoño sea
el rubor de los árboles.

El último gesto
antes de la desnudez y la entrega.

Tal vez
todo se trate de amor.

A pesar del frío.

miércoles, 10 de octubre de 2018

Ayer en la tarde


Leo "Los diálogos con Leucó" de Cesare Pavese.
Es uno de los libros más bellos del mundo.
Ayer en la tarde, cuando entré al campo de los duraznos, fueron los duraznos los que me llamaron. 
Por fin puedo afirmar que he aprendido a comprender el silencio de los árboles.
La tierra blanda bajo mis pies, casi una almohada, una nube.
Las hojas en el piso no eran hojas, eran oro.
La máquina detenida en el centro de todo.
Las máquinas sólo sirven para los frutos.
Lo demás es poesía.
Todo eso vi.
Pavese pone en boca de Tiresias la pregunta acerca de la ceguera y la infelicidad.
La respuesta es: sí.

jueves, 4 de octubre de 2018

OLIVO

Mi cuerpo, adherido
a las arrugas de la corteza,
supo de frutos jóvenes.

Siempre hay que confiar en los árboles.

Me sostuvo tu beso,
me sostuvo la noche.

Fuimos raíz,
presagio de un otoño desconocido.