martes, 31 de marzo de 2015

Allí está el mar

(NUBES I
No habrá una sola cosa que no sea
una nube. Lo son las catedrales
de vasta piedra y bíblicos cristales
que el tiempo allanará. Lo es la Odisea,
que cambia como el mar. Algo hay distinto
cada vez que la abrimos. El reflejo
de tu cara ya es otro en el espejo
y el día es un dudoso laberinto.
Somos los que se van. La numerosa
nube que se deshace en el poniente
es nuestra imagen. Incesantemente
la rosa se convierte en otra rosa.
Eres nube, eres mar, eres olvido.
    Eres también aquello que has perdido.
Jorge Luis Borges)

Que predique Borges
en su poema fallido
sobre la Odisea siempre distinta,
que hable de espejos
y de olvidos.

Borges es la sirena,
yo estoy atada al mástil,
no hay peligro,
ya dije en otro poema
que el olvido no existe.

Tengo ojos
y allí está el mar,
veo milagros.

No hay motivo
para reflexionar sobre las nubes
con tanto sol.

No es rabia,
es poesía.


lunes, 30 de marzo de 2015

Curriculum Vitae modelo europeo

Esta mañana mientras esperaba el café, vi la primera bandada de golondrinas.
(Vaya que tienen fe esos pequeños pájaros).
Decidí que serán quince los curricula que hoy imprimiré.
Ya se me acabaron los otros, vamos por tandas. Tantas/tandas.
Tienes que rehacerte tu vida, dicen, como si la vida fuese madera de un árbol abatido en otras tierras y como si uno fuese el carpintero o el hacha, quién sabe.
Aquí el único olor que permite el frío es el olor a madera quemada.
(Las palabras quemadas no huelen). Huelen/duelen, las palabras parecidas siempre son ironías.
Igual nunca se me ha dado bien la hache. Hache/hacha...otra, ¿vieron? Otra ironía.
Y bueno, uno no imprime curricula para el amor, ni para eso de ser madre.
Me imagino que el curriculum para esos menesteres es el poema.
Tengo el poema cansado. El curriculum. Y las palabras parecidas. Y el cuerpo.
Censura.
"Sin biografía quién eres en este mundo de máquinas".
No funciono, salvo en la abadía medieval o en el Adriático al amanecer.
Al menos.

domingo, 29 de marzo de 2015

Venus otra vez

Ayer hicimos un pequeño viaje por la costa hacia el sur. Adriático de arena revuelta y olas encrespadas por tanto viento. (Este invierno no fue invierno sino inviento). Viajando fui testigo de que los "trabocchi" no se cayeron. Esas estructuras de madera y agua que reflejan tanta fragilidad, allí estaban, erectas y dignas. Mi sonrisa. Luego llegamos a una abadía muy vieja y hermosísima, desnuda, pura piedra y olivos, formas circulares, abrazo antiguo y nombre pagano, medioevo profundo: San Giovanni in Venere. Venere es Venus. La diosa. Entramos, no había nadie, sólo las estatuas de los santos, serenas, y las pequeñas velas encendidas a sus pies. Nos acercamos porque nos gusta la luz, y ¡oh, sorpresa!, en una pequeña maceta había una pequeña planta llena de flores con un enorme caracol en sus hojas. Pensamos en el Barón Rampante. Allí estaba Calvino otra vez. El milagro. Mi sonrisa. Luego paseamos por el jardín interno e imaginamos monjes de otros tiempos. Luego vimos al monje. Anciano, muy anciano. Nos acercamos. Nos bendijo. Le pedí tomarle una fotografía. Me preguntó "¿por qué?", le contesté "porque usted es bello", sonrió y me dijo que yo no sabía lo que decía. Igual hubo fotos y conversación sobre el tronco del olivo milenario. Nos dijo que había muerto, pero que él tenía las semillas resguardadas. Entonces no está muerto. Mientras hablábamos yo sentía las piedras bajo los pies, esas formas haciéndome las plantas, reformándome los pasos. El monje me habló de moral, yo le hablé de espíritu. Hasta luego y de nuevo la bendición, esta vez con los brazos en forma de círculo. Donde hay amor todo es abrazo. Nos fuimos y de regreso volví a ver los "trabocchi", otra vez la belleza y otra vez la metáfora. Llegué a mi casa y otra vez el mar, esta vez en mi ventana, ya en el crepúsculo. Dormimos y no soñamos. Pero de haberlo hecho seguro habríamos visto la media sonrisa dulce de Calvino. Nos gustan estas cosas. Nos gusta cuando el mundo es como sabemos que es.

jueves, 26 de marzo de 2015

Instantánea


Corre
corre
corre

besa
besa
besa

vuela
pinta
suspira

sonríe
aterriza
descansa

su amado
es el camino
es el cielo
es el lienzo
y es la casa.

viernes, 13 de marzo de 2015

Hipótesis

si fuera carboncillo dibujaría
si fuera pincel pintaría
si fuera escalpelo esculpiría
si fuera cámara fotografiaría
si fuera ola mojaría
si fuera nube llovería
si fuera flor perfumaría

soy palabra
subjuntivo más condicional
hipótesis absurda

jueves, 12 de marzo de 2015

Es tiempo de aguas profundas


Joseph Beuys por Charles Wilp 

A veces me pregunto cómo hubiese sido ser hombre. Pero la poesía no es preguntar, es responder. La señora de las flores pasa el invierno fuera de la tienda con su sombrero y bufanda mientras las macetas de orquídeas están adentro bajo el calor de la estufa. Así son las cosas del trópico, frágiles, así las mujeres invernales, duras. Ella no sonríe. Yo no soy mujer del trópico, ni mujer de invierno. Soy un híbrido poetizado. Igual camino, todo pasa, todo es poema inmediato e intrascendente. Soplido. Sigo. Más allá de las paredes de los edificios está el mar. He visto mucha agua en mi vida,  he visto toda el agua del mundo, he sido agua. Entonces un vano recuerdo de que pertenecí al planeta, un tiempo, antes de la violencia. Luego no más. Se me perdió la casa universal. Entonces la poesía, Calvino y Beuys en la playa, las bicicletas, las tragedias griegas, los héroes y sobre todo el amor, ah y los poetas. Mi mundo dentro del mundo fuera del mundo. Están destrozando los monumentos, los llaman bárbaros, pero no, no lo son. Son hombres. 

jueves, 5 de marzo de 2015

A los hombres buenos

"L'etrusco" de Michelangelo Pistoletto

Hay que acariciar a los hombres buenos.
Decirles que son príncipes, que sí existen los príncipes.
Decirles que son héroes, que sí existen los héroes.
Decirles que son hombres, que sí existen los hombres.
Hay que amar a los hombres buenos, abrazarlos, escribirles poemas.
Hay que observar las lágrimas que no manan de los ojos de los hombres buenos.
Esa lluvia de adentro.
Los hombres buenos, los hombres callados, los que observan y mueven la cabeza de un lado al otro con desconsuelo, los hombres cansados, los hombres que ven la verdad y lo saben y quisieran que todos supieran y se sienten tristes por la ceguera de los demás hombres que no saben.
Los hombres buenos que luego igual sonríen, se escuchan el corazón en el pecho, ese corazón grande de los hombres buenos, que late siempre, ese corazón bello. Y siguen.

miércoles, 4 de marzo de 2015

Ha sido largo el invierno

Ha sido largo el invierno
de días cortos

hemos hecho juramentos
a las aguas que nos envuelven
en las redes de los barcos pesqueros

hemos sido todo el mar
y las arrugas de los olivos
las desérticas arenas
garantía de las orillas

también las pequeñas margaritas
que no sabemos cómo
perforan con su fuerza
la tierra gélida

sobre todo hemos amado