Esta mañana mientras esperaba el café, vi la primera bandada de golondrinas.
(Vaya que tienen fe esos pequeños pájaros).
Decidí que serán quince los curricula que hoy imprimiré.
Ya se me acabaron los otros, vamos por tandas. Tantas/tandas.
Tienes que rehacerte tu vida, dicen, como si la vida fuese madera de un árbol abatido en otras tierras y como si uno fuese el carpintero o el hacha, quién sabe.
Aquí el único olor que permite el frío es el olor a madera quemada.
(Las palabras quemadas no huelen). Huelen/duelen, las palabras parecidas siempre son ironías.
Igual nunca se me ha dado bien la hache. Hache/hacha...otra, ¿vieron? Otra ironía.
Y bueno, uno no imprime curricula para el amor, ni para eso de ser madre.Me imagino que el curriculum para esos menesteres es el poema.
Tengo el poema cansado. El curriculum. Y las palabras parecidas. Y el cuerpo.
Censura.
"Sin biografía quién eres en este mundo de máquinas".
No funciono, salvo en la abadía medieval o en el Adriático al amanecer.
Al menos.
1 comentario:
Un curriculum es lo más plano que existe, es insipido y descorazonado. Nunca me han gustado, debería haber "hoja de vida en perspectiva pasado,presente y futuro" o al menos una carta natal donde se reflejen no sólo los logros sino los complejos, los sinsabores y victorias en potencia o tal vez un poema tipo Oda, Egloga o en todo caso una Elegía.
Cinzia un abrazo
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