Eres todas las preguntas
que no te respondes,
el silencio aterrado.
Eres la niña que no fuiste,
el espejo de agua que
nunca te reflejó.
Es tarde ahora para la perenne reconstrucción,
ojalá pudieras abandonarte,
pero nunca aprendiste a hacerlo.
¿Cuántas vidas aún te acarician
para que sigas viviendo?