Hola Leonora, aquí me tienes:
Sí, como bien dices, me inspiran los
pensadores, poetas, escritores y algunos artistas plásticos. Me gusta
interactuar con sus ensayos, con sus poemas, sus obras. Siento un placer
profundo en acompañarme con ellos en mis poemas. Es mi manera de decirles la
felicidad que me produjeron con su arte y su coraje, con sus genialidades, es
también la manera de agradecerles lo mucho que han hecho y hacen por mí, no
sólo a nivel estético, moral o psicológico, sino especialmente en mi
espiritualidad. Me sucede que de poema nace poema o de ensayo nace poema o de
obra de arte nace poema y la verdad es que considero el arte de los verdaderos
artistas un mar donde me gusta estar.
En cuanto a Venezuela como inspiración, claro que sí, es cierto, me inspira
Venezuela y especialmente el dolor de Venezuela, la angustia, la guerra, el
absurdo. Quizás más que inspiración lo llamaría vida, sangre, urgencia. Del
país donde nací en este momento salen
gritos que se me hacen poemas dolorosos, algunos ni los escribo y creo que eso
forma parte de la impotencia que siento, pero otros emergen, se expresan y
muestran lo que observo, lo que subyace, lo que quizás no se vea a simple vista
y nos está aniquilando. En Venezuela están sucediendo duros avatares mucho más
graves de los que un simple ojo moral o político pueda avisorar, creo que
quizás la poesía con su sensibilidad mayúscula a veces pueda explorar las
sombras venezolanas que lamentablemente lo cubren todo allá.
Puedo enlazarme aquí con tu pregunta acerca de la capacidad sanadora de la
poesía, mi respuesta es sí, la poesía sana y salva, lo digo porque me ha
sucedido desde siempre, no es retórica. Hay en ella muchos elementos salvíficos,
empezando por el lenguaje, el amor al lenguaje, el cuidado que los poetas ponen a sus poemas, la forma, la música que
emana de ellos. Luego está lo que dicen los poemas. Sabes, Leonora, hablar de
poesía no es fácil y menos de manera racional como intentamos hacerlo aquí
porque la poesía es algo grande que abarca, arrastra, abraza, abrasa. La poesía
además contagia y se contagia. En cuanto a la salvación a veces pienso que se
necesita la voluntad o la buena predisposición del lector a ser “salvado” y
otras veces pienso que no, que la poesía actúa sola en estratos que no conocemos de nuestra
psique o de nuestra alma. Creo profundamente en el poder inmenso de la palabra
en los seres humanos y creo que ella bien usada puede generar belleza y hacer
mundo y mal usada puede generar infiernos.
Me preguntas también acerca de la poesía impresa en papel o la poesía que
se publica directamente en los blogs y de las polémicas eternas y repetitivas
que en Venezuela surgen. Venezuela es un país complejo, expuesto al cambio y a
la vez muy conservador. Venezuela se contradice en todo y también en esto. No
participaré en esas polémicas porque además de dañinas me parecen estériles,
sólo diré que vista la crisis que se vive en el país, empezando por la escasez
de papel y la lentitud en la edición, los poetas deberían aprovechar muchísimo
más las nuevas plataformas para propagar sus poemas lo más posible. La poesía
es mucho más que el libro que la alberga. Hay que dejar en paz a los poetas. Los
poetas necesitan expresarse y decir al mundo lo que ven y nada los detendrá,
siempre ha sido así. La poesía además de toda la belleza que implica es un gran
agente liberador y por ende siempre perseguido. Gran parte de la tragedia de
Venezuela consiste en el encierro y la cárcel en que se ha convertido y muchos
en muchas esferas y espero sin darse cuenta, colaboran en esa situación
ignominiosa.
En cuanto a los círculos literarios, sí existen y no tengo mucho que decir
al respecto, no son temas que me interesen, puedo sí decir que las agrupaciones
en este momento me producen ahogo, hago una poesía solitaria y me siento bien
así, la situación venezolana me ha herido y marcado a tal punto, he vivido
tanta falta de libertad, que cualquier cosa parecida a un grillete me produce un dolor que es capaz
hasta de matar la poesía que llevo adentro. No me puedo permitir ese lujo.
En tu primer contacto me hablaste de las imágenes en mi blog, las
fotografías y también las imágenes hechas palabras en mi poesía, ese sí es un
tema que me gustaría abordar.
Avísame qué te parece si hablamos también de ello o si con esto que te
conté es suficiente y gracias otra vez por leerme desde allá y considerarme
para tu conferencia que espero sea todo un éxito y ayude a expandirnos a todos.
Saludos
Cinzia Ricciuti
Querida Leonora,
Desde que hablamos por primera vez acerca de la relación que hay en mis
poemas entre arte, fotografía y poesía he estado pensando mucho en ello. No sé
si “pensar” sea el verbo indicado para describir el cúmulo de reflexiones,
imágenes y recuerdos que han venido a mí desde que le doy vueltas a esto.
Podría empezar diciéndote que desde que llevo el blog me sentí tentada a
acompañar mis poemas con imágenes y podría decirte que mi proceso siempre ha
sido inverso al que se suele imaginar. Yo primero escribo y luego busco la
imagen, usualmente siguiendo el tema o el hilo conductor del poema. Es una
especie de divertimento que me gusta mucho, descubrir que hay personas que
sienten lo mismo que yo en el poema pero que lo expresan a través de obras
artísticas tipo cuadros o esculturas o también a través de la fotografía.
Algunas veces el proceso es al revés, es decir veo una imagen o una obra y
escribo el poema, pero eso me sucede poco. Lo que sí puede sucederme es que un
artista me inspire, pero él, es decir su universo entero, casi nunca una obra
en particular. Esto en cuanto a las artes plásticas o aquello que tiene que ver
con lo visual, con el arte de mirar. Con los poetas o escritores, es decir con
la palabra, sí me ha sucedido que poemas o libros particulares me inviten a
ejercicios poéticos particulares. Es el caso de Calvino o Borges, sólo por
citar dos de muchos.
De las reflexiones de estos días puedo decir que lo que me impulsa es la emoción de la
belleza, la belleza pensada y sentida como algo que ayude al espíritu a
trascender. Obviamente esto que digo no es fácil de explicar, porque como todo
evento profundo del alma, intenta escapar a las explicaciones, pero podría
afirmar que cuando me encuentro frente a un evento artístico cierto, cuando una
obra me da la seguridad de estar frente a algo grande artísticamente hablando,
se me funden la poesía, las imágenes, los sonidos en una especie de baile
interior que a veces hasta tiene que ver con algo físico y a la vez
trascendente.
El arte para mí es algo en lo que estoy inmersa. Es una de mis más grandes
realidades y a la vez es un universo indistinto donde las varias disciplinas
emergen a veces juntas, a veces una por una para ayudarme a crear.
Esa fusión de la que hablo me parece fascinante, las conexiones que
encuentro entre los artistas o las disciplinas, los lenguajes que se repiten
aún en diferentes ámbitos, los mensajes de algo enorme que los artistas
transmiten de modo consciente y muchas veces de modo inconsciente, las señales
y también los ejercicios dialógicos que tengo con mis amigos artistas y amantes
de las ideas de los artistas.
Todo esto nace y se expande cuando analizo una obra y muchas veces se hace palabra en mis poemas
o simplemente entra en una especie de reposo dentro de mí haciéndome más
persona.
Bueno, tendría mucho más que decir, lo bueno de este diálogo entre las dos es
que me hace poner en palabras aquello que siempre vivo y me acompaña. Gracias
de nuevo por la oportunidad que me das y por considerar mi poesía y lo que
intento hacer con ella. A veces ni yo lo sé y estos ejercicios me ayudan a
comprender(me). No es fácil observarse.
Un abrazo
Cinzia
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