Abro una de las dos ventanas
(el día llegó de improviso)
las montañas enormes
hablan de fríos polares
y el calor de mi piel se sonríe.
Me volteo
y observo siluetas magníficas,
mis ojos recorren
placeres recónditos
y la paz.
(el día llegó de improviso)
las montañas enormes
hablan de fríos polares
y el calor de mi piel se sonríe.
Me volteo
y observo siluetas magníficas,
mis ojos recorren
placeres recónditos
y la paz.
3 comentarios:
eso es para mí el fin de año.
saludos.
Hermosa claraboya.
Que tu sonrisa sea un cometa de colores dejas pasear por ese cielo.
Que inunde la ciudad.
Besos, mi querida Cinz!
Las claraboyas me encantan, son difíciles de abrir pero una vez abiertas te muestran el cielo.
Un abrazo y si, espero mil sonrisas, poco a poco se van dibujando.
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