miércoles, 25 de julio de 2007

100 a cuatro manos

Las palmeras cargadas de pelícanos
la arena con cangrejos de su color
que entre nuestros pies
buscan abrigo.

El agobio del dolor
en la pérdida que se hace
hueco en el ser
la alegría de la cercanía
en nuestras almas que se reinventan
en la ausencia.

Mi hija en los brazos de las olas,
mi hermana y yo viendo al mar
comiéndose al sol
que se entrega contento,
nosotras soñando caminos
recorribles al fin.

2 comentarios:

Verónica E. Díaz M. dijo...

Mecen las olas los dolores. Traen paz a borbotones...

Tres Abrazos

TORO SALVAJE dijo...

¿Para que más?

Un beso Cinzia.