Nadie soporta el dolor y el extrañamiento,
el abandono y el ahogo,
la fractura y la burla,
toda la sangre y esta perplejidad.
Por eso hablamos tanto.
La palabra es la tierra.
El discurso es la casa.
Obligados a luchas inesperadas, nos quebraron.
Por eso hablamos tanto.
Para no morir de miedo.
1 comentario:
un abrazo
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