martes, 23 de agosto de 2011

El colibrí y lo imposible

Mi novia imposible
me pidió un colibrí.

A mi novia imposible
le gusta pedirme
cosas imposibles.

No es fácil
atrapar al colibrí
que vuela inmóvil
en mi amor.

Mi novia sabe
que el colibrí se sostiene
velóz y estático
en la fuerza de la nada
de mis alas reconstruidas.

Pero ella sabe también
que soy un hombre
que vuelve de la muerte
y que para los hombres como yo
lo heroico está en la humildad
de reconocer lo imposible.

Sin embargo, a veces,
mi novia y yo somos niños
y es allí
donde mi novia imposible
me pide nuestro colibrí,
a pesar de todo.

4 comentarios:

Leo Mercado dijo...

Una vez tuve un colibrí.
Y una vez un niño.

Susan Urich Manrique dijo...

"No es fácil
atrapar al colibrí
que vuela inmóvil
en mi amor."

Estos versos son hermosos. Punto.

Acuarela dijo...

Hay algo mágico en el aleteo de un colibrí.
Hay pequeñas y extraordinarias muestras de un rocío refrescante, ingenuo y delicioso en esas letras.
Abrazo.

Carlos Zarzalejo dijo...

Qué bonito poema. Aletea rapidísimo. Salú.