sábado, 30 de agosto de 2014

Pequeña crónica de una bomba en una cena

"Mamá, vamos a devolvernos a Venezuela, por lo menos Maduro es mejor que los tipos del Isis". Esto aterriza en el plato de mi cena como una bomba de tristeza absoluta. Callo por un instante y luego empiezo mi discurso sobre la imposibilidad de que "los tipos del Isis" lleguen donde nosotras estamos, "tranquila, mi vida, Italia es un país muy fuerte, tiene un ejército enorme aunque no lo veamos, aunque nunca lo use". Mi respuesta quizás sea aún más triste. La guerra como única opción para sortear la amenaza y el miedo. Mil preguntas me asaltan. El apetito se fue. Dejo que pasen los minutos. Siempre dejo que pasen los minutos. En esos minutos que pasan siempre vuelve la poesía. Como he dicho en otras ocasiones la poesía es lo que tengo, además del amor. Los decapitadores siempre estarán por allí, con sus capuchas o con sus disfraces, con su maldad de la nada, del hueco. Nosotros seguiremos, sabiendo que no pertenecemos a ellos. Hoy en día, eso, sólo ese hecho, ya es una gran victoria.

1 comentario:

]MeGalOmAnIaCk[ dijo...

"I am afraid that we have not done with our freedom what we said we were going to do. And that makes it now the worst of times because it is a great disillusion, having emerged from a terrible past while we are making in many ways a mess of the present." Nadine Gordimer.