sábado, 16 de marzo de 2013

Su tierra


Y en esa mañana de sábado comprendió que su patria no era un país.
Entendió que el único territorio que podía ser su hogar se llamaba Belleza.
Ella había vagado fuera, eso sí, incluso se había confundido, había intentado otras patrias más sacrificadas, más compartidas, pero en el fondo más abyectas. Desiertos. 
Había estado con falsos compatriotas, gentes fantasmales, cobardes. 
Vampiros que arrastran y luego muerden, monstruos enmascarados, payasos. 
Pero nunca, nunca se había sentido cómoda. Lo sabía por sus pulmones, por la opresión.
Ahora lo veía. Su tierra era esa, la de la inspiración. 
Ya no hubo orfandad.

3 comentarios:

taty dijo...

Hermoso!

Aplica a mi nacionalidad :)

Un abrazo.

Cinzia Ricciuti dijo...

Gracias

Silvia Parque dijo...

Así me he sentido, pero sin que tenga que ver con patria o nacionalidad. Me siento identificada con el texto en eso de: "Lo sabía por sus pulmones, por la opresión". Justo acabo de leer que A. Miller dice que el cuerpo no se equivoca.