sábado, 9 de marzo de 2013

Chains


Cuando yo era chiquita, en mis vacaciones italianas, siempre había un pequeño parque de diversiones en el pueblo de mis padres. Yo me montaba en el aparato que daba vueltas y vueltas y pasaba horas sin bajarme, para mí eran meses, años. Alguien abajo pagaba y pagaba para que yo siguiera arriba, supongo que alguno de mis padres. Yo en ese momento no me ocupaba de eso, sino de la sensación interminable de dar vueltas en el aire sin parar. Recuerdo la voz del señor que manejaba el aparato, un gitano, que cuando todo se estaba acabando gritaba "Un altro giro, un altro giro!" (¡otra vuelta, otra vuelta!) y todo empezaba de nuevo. Bueno. Sigo montada allí, con todos ustedes.

2 comentarios:

Solange Noguera dijo...

Así es Cinzia, seguimos dando vueltas y la orden de parar parece que no llegará en un buen tiempo.
Igualmente me trajiste al presente recuerdos de infancia, así que gracias por ello.
Saludos

Silvia Parque dijo...

Yo era una niña miedosa, y el juego de las sillitas voladoras era el único que disfrutaba. Me ha dado gusto recordarlo ahora que estoy despidiendo miedos.