martes, 6 de octubre de 2009

y ahora


Oías a los que decían que
lo único importante
era el camino,
que había que ser fuerte.

Masticaste hierro,
tus dientes volaron
(y dijiste que no importaba)
la lengua se te durmió
(y dijiste que no importaba)
la nariz ya no funcionó
(y dijiste que no importaba).

Con los ojos cerrados
seguiste.

Y ahora sólo ansías
que se te mueran los oídos.

2 comentarios:

Verónica E. Díaz M. dijo...

Me gustò mucho Cinzia... yo por aquí con un desangrado son corazón...

"el corazòn de torpe primavera hizo que le injertaran el oído y tanta maldición oyó que ha ido a que le den de nuevo su sordera"

Abrazotes

FRANCISCO PINZÓN BEDOYA dijo...

Hermosa tu poesía