viernes, 17 de agosto de 2007

Leyendo a Bernar

Llevo días pensando en irme, en evaporarme, en prescindir de Ustedes, en mimetizarme en un seudónimo, en otro blog, en otro idioma.
Al final seria un escape de lo bueno, de lo que nutre, para agazaparme de nuevo entre los vapores de lo que no es.
Pero también seria un acto sincero, el cambiar de obra, cambiar de juego, vestirme con otras ropas o simplemente quitarme las que llevo y es que se sienten húmedas y pesadas, pero sobre todo estrechas.
Esas verdades que porto en mi título y que se me hacían escurridizas y peligrosas, se asoman cada vez con mayor decisión. Creo que pronto va a tocar verlas a la cara, verme a la cara.
La sensación es poderosa y el terror también.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Venga, venga, ¡cambio radical!
Un beso, guapa.

Anónimo dijo...

Mientras tengas en claro que por más cambios de ropa, idioma y obra que hagas al final del día la que estará del otro lado del espejo siempre vas a ser vos, adelante.
Lo peligroso sería creer que cambiando todo lo que pesa, aprieta y queda chico modificamos lo interno.
¿Sabés que haría en tu lugar? un conciliábulo con el poder de la sensación para ganarle al terror.

Maria D. Torres dijo...

Bueno Cinzia, Pessoa tenía múltiples seudónimos. No me parece ni tan mala idea. Yo tengo tiempo pensando lo mismo! No para abandonarme sino para completarme.
Besos

Cinzia Ricciuti dijo...

La posibilidad del escape siempre en latencia. La certeza de lo imposible. Y a pesar de eso seguir en la tentacion.
Veamos que pasa.
Un abrazo de alma a los tres.
Cinzia