En el silencio del balcón veo la albahaca crecer en este mundo que sorpresivamente aún permite el crecimiento de las albahacas.
Paso minutos así, llenándome de sol y viendo la alegría de la plantica.
A veces, pocas veces, el mundo es mío en sus regalos y en mi asombro.
La esperanza perdida y el fracaso recurrente son importantes en la construcción de estos retoños de soledad bendecida.
Hay mucha calma en las plantas que crecen.
1 comentario:
"A veces, pocas veces, el mundo es mío en sus regalos y en mi asombro." Me encanta como lo expresas. ¡Gracias!
Publicar un comentario