miércoles, 27 de octubre de 2010

Concierto


Parece que te vieron cantando, parece también que llorabas emocionada. Lo tenías al lado, querías que participara de tu éxtasis, lo abrazabas y te bamboleabas, lo besabas. Me dicen que él parecía una roca ridícula. Una especie de estatua burlona. Sin embargo parece que continuaste navegando en tu naufragio dulzón. Siempre ha sido así y yo no te diré nada. No te diré que, desde que te saquearon el corazón, al amor hubo que comprarlo, que desde que te convertiste en nada intuíste que había que arrastrarse. Tampoco te diré que repetiste en tus hombres la maldad de aquel padre primigenio y maldito. ¿Para qué decirte todo esto? Tú lo sabes, yo lo sé y sin embargo ninguna de las dos quizás sepa nada. Además el corazón no crece de nuevo, la pesadilla no termina. Es mejor vivir en la droga de la insatisfacción solapada y de la sonrisa postiza, como las tetas.

lunes, 18 de octubre de 2010

Vastedad (cuatro variaciones de un mismo poema + una posterior, verde y definitiva)


1.

Me detengo a observar
el desierto que avanza.

Tengo el corazón hecho hierba.

Las últimas briznas acarician
la humedad que aún queda.

En el aire caliente
escucho nuevos verdores.

2.

Me detengo a observar
el desierto que avanza.

Las últimas briznas acarician
la humedad que aún queda.

En el aire caliente
escucho nuevos verdores.

Tengo el corazón hecho hierba.

3.

Las últimas briznas acarician
la humedad que aún queda.

Me detengo a observar
el desierto que avanza.

En el aire caliente
escucho nuevos verdores.

Tengo el corazón hecho hierba.

4.

En el aire caliente
escucho nuevos verdores.

Tengo el corazón hecho hierba.

Las últimas briznas acarician
la humedad que aún queda.

Me detengo a observar
el desierto que avanza.

5.

Tengo el corazón hecho hierba.

Me detengo a observar
el desierto que avanza.

Las últimas briznas acarician
la humedad que aún queda.

En el aire caliente
escucho nuevos verdores.