jueves, 19 de mayo de 2016

Cálculos

Siempre odié las matemáticas.

Ahora veo que siempre he tenido la razón.

Me ha tocado usarlas para contabilizar la pobreza, para sumarle ceros al dinero que sólo compra hambre.

Restar a una cuenta bancaria que antes fue una casa. Calcular impuestos vampiros en un país de huida, viejo e infecundo.

Ver a seres humanos hacerse ceros a la izquierda en las estadísticas de la muerte.

Para contar los años de la barbarie, uno, dos, tres, cuatro, diecisiete de una juventud que se fue. 

Multiplicar jóvenes en las mazmorras, sumar balas en la cabeza.

Proyectar fechas futuras que son números donde mis ilusiones finalmente dejarán de ser ilusiones para hacerse verdades.

Calcular husos horarios a destiempo.

Contar mis idiomas y no saber cuál usar.

Dibujar cuadrados, triángulos, rectángulos donde finalmente encajar. 

Trazar círculos y caminar dentro de ellos en una sucesión infinita de kilómetros hacia ninguna parte.

Contar árboles, contar flores, contar golondrinas.
Al menos intentar matemáticas poéticas para no morir.

No hay comentarios.: