Dijiste que los árboles saben mucho
y soportan talas
con tal de que los hombres sean felices.
Y mientras me bebía
toda la vodka de Rusia
(porque este país
se ha hecho Soviético)
me acordé del apamate
talado
y supe que reverdeció
por eso
porque más vale el hombre
que lo taló
que el apamate mismo.
Y bueno, como te decía,
te recordé,
sentí el apamate adentro,
yo,
llena de vodka,
y te quise
como quieren los árboles.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario