miércoles, 4 de febrero de 2009

chapellín


a Giulia

En las mañanas

cojos que deambulan
una vieja que barre sus nadas
motos inmundas
humo
tacones encharcados
la montaña con su alba indiferente

y tu y yo
(frágiles como en un sueño)
juntas
nos tomamos las manos
atravesamos la locura
en nuestra fábula de fortaleza

tenemos ganas de llorar.

4 comentarios:

ISA dijo...

Vaya, qué inteesante poema. Me gusta mucho el final inesperado.

Muy bien.

Saludos

Isabel Segura B. dijo...

El alba indiferente
y el deambular de las mentes
a través de todo
a pesar de todos
con las manos inocentes.
Un beso.

La Gata Insomne dijo...

qué bello amiga, más aún conociendo al equipo

un abrazo desde mi fragilidad

GEORGIA dijo...

Muy hermoso y cálido, a pesar de lo dura de las imágenes iniciales...

las abrazo