martes, 8 de diciembre de 2020

Ojo y pájaro del mundo

Impuse los versos al ruido.
Funcionó de a ratos.
Funcionó mientras las cuerdas de mi cuello aguantaron.
Luego venció el martillo, el taladro, el derrumbe.
Conozco la poesía que calla,
ojo y pájaro del mundo.
Descanso en esa vista,
ese vuelo.
Columna infinita,
paz.

1 comentario:

Fernando Visbal Uricoechea dijo...

¡¡ "Sin nostalgias prestadas" tu poesía sigue de pie !!