A los tiranos les digo
que no hacía falta
cerrar las salidas de la ciudad
para cumplir con su ritual de muerte.
Que igual mi puerta tiene
el cerrojo del miedo
y que mi cuerpo herido
engulló su llave
hace siglos.
Les digo
que lograron
construirme la cárcel dentro.
Ahora ya pueden
dormir tranquilos.
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