A quien que se desnudó abrió ventanas se enfrentó a las lunas deshizo mitos caminó los surcos de espirales infinitas lanzó alas aunque pareciera inútil.
A esa lengua que se entregó sin preguntar se llenó de dagas anduvo esclava chupó desiertos pronunció verdades lamió cielos.
A quien sucumbió masticó sus dientes resucitó olvidó lo aprendido perdió el escudo abandonó la caricatura sumergió sus culpas en el río revuelto.