jueves, 2 de diciembre de 2010


Hoy,
en aquel espejo magnífico,
te dije
que adoro conservar
los dones que me entregas
cuando nos unimos.

Así me acompañas.

No quiero
nada que lave
lo inmenso
de tenerte en mí.

1 comentario:

GEORGIA dijo...

Tanta ternura, nostalgia y sensualidad en un sólo poema? es como mucho para estos ojos domingueros...

te abrazo