
Marcel Duchamp
Fuimos abatidos por la vida y las ficciones,
por un tiempo
la poesía desaparecida
se hizo violencia y desengaño.
Supimos del descalabro,
del corazón huérfano,
vagamos con los brazos extendidos
y la boca vacía
en la nube tóxica de la ceguera de los demás
en el campo minado de las sonrisas complacientes.
Nos dijeron que hay sueños que muerden las carnes
y quisimos sanar en la muerte
quisimos descansar
o eso creímos,
porque no les creímos.
Hay muertes transitorias.
Ahora,
la lentitud de los dedos
el error en las letras
el reencuentro tímido con la palabra.
Despacio recomenzamos.
por un tiempo
la poesía desaparecida
se hizo violencia y desengaño.
Supimos del descalabro,
del corazón huérfano,
vagamos con los brazos extendidos
y la boca vacía
en la nube tóxica de la ceguera de los demás
en el campo minado de las sonrisas complacientes.
Nos dijeron que hay sueños que muerden las carnes
y quisimos sanar en la muerte
quisimos descansar
o eso creímos,
porque no les creímos.
Hay muertes transitorias.
Ahora,
la lentitud de los dedos
el error en las letras
el reencuentro tímido con la palabra.
Despacio recomenzamos.